Subí al colectivo.
No se si era pescado o menstruación ese olor...pero me golpeó fuerte. Me golpeóoo...como quien diría..duro y parejo me golpeó. Me..¿invadió, quizás? si, si, me invadió.
Me interceptó, como los jugadores de rugby, que se dan con un caño, ¿viste? ah.. a propósito, ¿hay algo más gay que el rugby? ¿y más mundialmente aceptado como el deporte de los machos por excelencia? no se...no entiendo. No se cuántos son, pero son muchos tipos, con un lomo de puta madre corriendo con una pelota-huevo en sus brazos y refregándose unos contra otros..ya sea de pie, o sobre el cesped. Todos transpirados..bueh, elecciones, calculo.
La cuestión, es que me subo al colectivo, y otra vez comienzo a revivir la situación de todos los días..la gente amuchada, el hedor, la transpiración, los vendedores ambulantes, los chicos de los auriculares..(para más referencia, visitar "Ensayo sobre el colectivo", en este mismo blog) y mientras me acomodo, obviamente parada, trato de ver en que mano me conviene más poner la carpeta y pienso: mierda, otra vez, alguien se cagó. Loco, yo me empiezo a cagar en el colectivo..y fue. ¿Quién se va a dar cuenta de que soy yo?
A medida que voy evaluando esta posibilidad, y consulto, en parte con mi yo interior, en parte con mis intestinos..eehhmm chicos, ¿en que situación estamos? ¿da para uno ahora? me doy cuenta de que los movimientos de la señora de la cartera marrón que está sentada relativamente cerca mío, indican que está pronta a levantarse.
Entonces comprendo que es mi oportunidad.
Oteo casi distraidamente mi entorno más cercano. Un hippie sucio, una mina masticando chicle, una pareja tranzando, un obrero...groso, no hay ningún viejo por aca, olvidate, ese asiento es mio.
Y allá voy, esquivo a uno, piso a otro, justo llego a pasar mientras uno esta tosiendo sin taparse..¿me tocó el garzo? no, no me tocó. Vamos todavía. Llego al asiento, y me desplomo. No es de los asientos de a uno, tengo a un boliviano dormido al lado, no importa. I am sitting motherfuckers! suck it!
Hay dos minas sentadas detrás mío. Sinceramente no estoy escuchando lo que hablan, hasta que una de ellas empieza a decir: lalocademierdalalocademierdalalocademierdalalocademierdalalocademierda..
Eso, debo admitir, llamó mi atención. Por un momento pensé, buenísimo, encontré a una fan de la loca de mierda, ya la estoy saludando.
Hasta que la cagó.
Después de eso, dice: ¡Qué increíble! ¡la gente que gana plata sin hacer nada!¡y yo que me mato estudiando Ingeniería! Qué pelotuda es la gente..por favor..y si, estamos en Argentina..
Y ahi ya está. La mato, pensé. Se me cruzaron insultos inimaginables en un segundo. Se me ocurrieron diez mil formas posibles de rebajarla hasta hacerle comprender el gravísimo error que acababa de cometer. Me figuré cien formas distintas de golpearla en lugares dolorosos.
En vez de eso, me di vuelta y la miré...raro, calculo..algún efecto debo haber surtido porque se calló la boca. No dijo más nada de la loca de mierda. Sin embargo, siguió hablando de su carrera, y de las horas de cursada que tenía, y de todo lo que estudiaba...y cuando ya estaba rogando que el colectivo chocara conmigo dentro y morir en él, vino el silencio. Se calló de nuevo.
Pasamos por un cartel que rezaba en letras goticas rosadas "Hair Cut".
Le pregunta a la amiga: ¿Qué quiere decir cut? (pronunció "cut" como se lee, con "u")
La amiga: ay, no se, ¿va con doble t?
Ella: No llegué a leer, después lo googleamos..o llamalo a fer..como me embola no saber algo!..
HIJA DE PUTA!
CREO QUE ME REÍ FUERTE.