miércoles, 24 de marzo de 2010

Palabras fiesteras


Un poco me estoy cansando de escribir en serio.
Hoy fui a sacar mil fotocopias de una materia que no me gusta en absoluto. Paradójicamente eso es lo que sucede con las materias que menos te gustan. Siempre van a llenarte de fotocopias para que tengas cosas que leer, cuando comenzás  a olvidarte lentamente de tu profesor que es peludo, gordo, y se mira en el espejo mientras te da la clase.
Esto me recuerda a mi profesora de francés, que para mi tenía estilo y glamour hasta el día en que tuve que aguantarme dos horas de reloj con su bragueta abierta frente a mi. Desde ese traumático episodio resolví que nunca más me sentaría en primera fila. Nunca más.
También tengo gratos recuerdos de aquel amable profesor de guión y publicidad al cual nunca sabía exactamente a qué ojo mirar. Todo el mundo se reía de ese ojito travieso que de repente cobraba vida y se iba por la estratósfera mientras el otro, por el contrario se quedaba fijo en su objetivo. Como un soldado firme que cubre al camarada hasta que éste vuelva.  A mi siempre me dio ternura el pobre ojo mocho y desamparado.
Resulta ser que cuando me toca hacer el noticiero frente a la cámara me bloqueo.
Hay un recorrido que hace la idea desde que sale de tu cerebro hasta que llega a tu boca, en el cuál no logro definir aún qué es lo que pasa.
O sea, indudablemente algo tiene que suceder ahí dentro.
Sino no tiene explicación posible, el hecho de que yo tenga claramente diagramado lo que voy a decir, y milésimas de segundos después, las palabras no están en mi boca en tiempo y forma tal como debieran. Por el contrario, imagino que han de subirse todas en el trencito de las palabras que va desde el cerebro hasta la boca, y hacen un par de paradas logísticas que las están retrasando.
Las imagino a todas entrando a un pub que les queda de pasada en el camino hacia la boca, y olvidándose de que sólo paraban para ir al baño, se piden un par de tragos en la barra y se ponen a encarar a otras palabritas más chiquitas que aún no fueron pensadas. Bailan, se divierten, se ponen en pedo y quedan tiradas en el piso, flasheando que son palabras importantes de algún famoso, que van a salir en la tele de verdad, o que van a componer alguna frase de un libro importante. Y se olvidan de que tienen que venir a mi boca, de que yo las estoy esperando con cara de boluda frente a la lucecita roja que me mira expectante, y frente a toda la clase que me observa agonizar lentamente.
Me cagan el ejercicio.
Mis propias palabras me boicotean la carrera. Palabras que ni llego a decir. Que no llegan jamás a mi boca. Que se ponen en pedo por el camino.
Palabras de mierda.

viernes, 19 de marzo de 2010

Sombra.

Trasnochada, traspapelada, trascendida..¿transfundida?
El mate se enfría mientras la obscura sombra me aprieta contra una pared. Soy manos, soy boca, soy lengua, soy labios, soy deseos..¿soy deseada?
No importa la hora, el abismo se esconde en una boca entreabierta, en un suspiro que es muerte y que es todo lo que no quiero. Salvo hoy.
Soy otra, soy sueños, soy ángel, soy lo que se necesite.
La sombra se retuerce en torno mío, me invade, me atrapa, me harta, me satura, no me gusta, no la quiero. Salvo hoy.
Soy piel, soy mentiras, soy un títere, soy una muñeca, soy un charco de barro..¿soy engañada?
Una palabra que prefiero no escuchar, una señal que prefiero no ver, y la sombra me sonríe desde su inmensa obscuridad. Me ganó. Soy vencida. Sobre todo hoy.
Soy perfecta, soy amante, soy directa, soy posible.
Si, pero no estoy.

viernes, 12 de marzo de 2010

As time goes by

El.
Que fue perfecto y amado.
Que cosechó sueños en sequía.
Que fue la luz en la nada.
Que fue tierra firme y fue abismo.
El.
Que fue besos y golpes.
Que fue ternura y dolor.
Que fue risas y lágrimas.
Que estuvo cuando yo no estaba.
El.
Que me convenció de lo imposible.
Que me abrió una puerta.
Que me abrió una grieta.
Que me conoció y aún asi me amó.
El.
Que no sabe quién es.
Que no entiende quién soy.
Que se fue y no lo vi.
Que se cansó de ser mi luz.
El
Que es mi blanco amanecer.
Que es mi sueño obscuro.
Que es mi mejor pantomima.
Que es el abrazo que siento y  no está.
El.
Que me dice por teléfono
lo que no quiero escuchar.
Que no tiene el valor.
Que no puede mirarme.
El.
Que no me ama.


Que ya ni siquiera me olvida.


sábado, 6 de marzo de 2010

Sobre el olvido.

Constantemente me invade la sensación de no saber exactamente qué hacer.
Se y comprendo que nunca me voy a olvidar de él. Y a veces no se si vale la pena despertarme, o seguir durmiendo y no pensar en nada.
Alguien me dijo que está bien, que no habla de mi, que tampoco hablaría, que tiene el pelo más largo y la barba también. Que ahora que vive solo se juntan todos los fines de semana en su casa.
Mientras yo trato de descifrar el significado de mis sueños, se me vienen a la mente canciones malas, y por más que intento leer tres libros a la vez solamente puedo pensar en él.
En realidad en los libros, el es todos los personajes. En la tele todas son sus palabras. En una película todas son su voz.
Autoflagelándome y compadeciéndome un poco de mi misma, (un poco nada más, lo suficiente como para seguir regodeándome en mi dolor) trato de dejar que me convenzan. Que el tiempo cura todo, que todo en algún momento pasa, que el peor momento es este.. y algunas veces me lo creo. Por momentos se que es asi, me embarco en mil proyectos, veo "las cosas buenas de la vida", y me doy el lujo de no llorar con una película de amor.
Pero otras veces..de verdad que hasta mi cuerpo me molesta. Como si sintiera que de repente ya no vale nada si el no lo toca. Como si mi boca ya no pudiera decir nada coherente si el no lo escucha.
A veces tengo miedo de que me olvide, y a veces tengo miedo de olvidarlo.
No quiero olvidarlo.
Pero lo peor de todo, el temor que me a cada momento, es sentir que ya no vuelvo a sentir. Que todo me pasa por enfrente como una película, sin prestarle atención. Que las cosas que antes me generaban indecisiones, hoy por hoy me dan lo mismo. Que no tengo ganas de salir, que ni siquiera pienso en estar con otro hombre, que no se qué hacer conmigo misma cuando alguien me dice algo lindo.
Se que nadie me va a conocer como él, con mis inmensos defectos y mis contadas virtudes, por eso tambien se que nadie me va a amar asi.
Ya no vuelvo a ser yo. Ni siquiera la que era antes de él.  Una sombra, una mitad, algo inconcluso, incompleto, carente de sentido. Algo común, algo que perdió la magia, el hálito de vida. Algo que busca de un lado a otro la razón de ser, que perdió el eje, que se desvió del camino.
Una nueva posibilidad de girar mi vida 360 grados se transforma en todas mis expectativas y creo que dejo atrás a mi hombre, mi montruo, mi yeti, mi karma, mi Olivera, mi Ulises..
Pero no es asi en verdad, el está ahi, siempre.