domingo, 11 de julio de 2010

El no pertenecer (se)

Y yo que estoy hecha prácticamente un fantasma de lo invisible para el mundo, me sorprendo cuando alguien no me dice lo que quería escuchar.
Será por esta manía autodestructiva que me caracteriza, pero me llevo bien con la gente que me hace mierda. Esos que me tratan mal, que me dicen que soy rara, que soy difícil, que soy insoportable..tienen razón. Y yo los quiero porque me lo dicen.
Contrario a la teoría de algunos que sostienen que me rodeo de obsecuentes, todo lo que hago es quedarme pegada como una babosa a la gente que me hiere. Me asusta un poco ya que me regocije tanto en el dolor.
Me encanta decir que debería haber nacido en otra época, porque escucho música vieja y no me adapto demasiado a todo esto de la era 2.0. Pero calculo que es porque adoro no pertenecer.
Las relaciones interpersonales me asustan un poco cuando se vuelven demasiado profundas.
Los lugares se cierran en torno mío cuando se tornan conocidos.
Ya me olvidé si voy buscando algo o escapando de algo. Me perdí.
Ya no siento nada, me parece.

6 comentarios:

  1. Una persona difícil como dices, me evocaría una isla extraña y atrayente, que es lo que me ocurrió al leer tu blog.
    Me pudo encantar. Un abrazo. Borrero

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  2. Gracias Borrero..una isla..si, me gusta. Ponele que soy una isla.
    Soy una exagerada de mierda también.
    Me alegro que te haya gustado.
    Beso.

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  3. nada nos conmueve, al fin y al cabo, es sólo un instante.

    Q bueno lo que subiste a FB. besos!

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  4. Por lo pronto una isla que no se a/isla demasiado entonces. Lindo post (y el halago no es solamente para que te alejes de personas que te tratan bien).

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  5. gracias Natu.
    Igual me veo en la obligación de alejarme, dada la "situación de halago"..pero no es irreversible, una puteada y me tenés ahí.
    Beso.

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  6. Me alejo y veo su dulce rostro de felicidad de estar ahí pero no en mi ser. Se frustra, llora, grita...no comprende como alguien tan atento y confiable no sea profundo...amanecieron un día y él, en el borde de la cama y después de perderse internamente, le sonríe.

    Jaja un poco profundo el comentario pero inspira tu cuento, maru. Sigue así.

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