sábado, 21 de noviembre de 2009

Anoche

Anoche te vi.
Te vi sobre mi, como suspendido, como en el aire. Viniendo desde el o hacia el.
Me mirabas profundamente y me extendiste la mano. Tus ojos lo fueron todo.
Dijiste algo que no escuché pero entendí.
Yo supe lo que sucedía y comprendí en ese instante que sería la última vez que podría contemplarte.
Caí en la cuenta de cuan lejos estabas en realidad.
Entonces pude imaginar cada detalle de "lo que hubiese pasado si".
Reviví todo lo que no llegamos a vivir, disfruté de aquellos momentos que se nos escaparon de a uno, de a poco, como cada grano que cae en un reloj de arena. Instantes, que, como esos granos de arena, no se pierden, sino que pasan al otro lado. Un lugar inalcanzable ya para mi.
Te senti tan cerca y fuiste casi tan real que por un momento me engañé a mi misma y me crei capaz de ser feliz con tu presencia. En ese momento creo que nos besamos. Un beso amargo con algún vestigio de dolor, "y cuanto mas amargo mas dulce", pensé. Y volvi a besarte.
Estabas ahi, frente a mi, como siempre explicandolo todo, como siempre convenciéndome de cosas, como siempre llevandome a rincones de mi que hubiera preferido no descubrir.
Y de repente vino mi pregunta, no pude evitarlo. No hubiese sido yo si me hubiera contenido los deseos de cuestionar cosas.
Y con la pregunta, el vacío, la nada. La miseria misma de quien se sabe perdido. De quien por fin comprende que no tiene nada mas en este mundo que su soledad.
"Yo siento que estas, por eso se que estas".
Anoche lloré.

3 comentarios:

  1. Uh...que fuerte...cuantas sensaciones...

    ResponderEliminar
  2. Si hija es tal como lo escribis y mas...mas...mucho pero mucho mas...pero como verás y aunque el dolor es muy fuerte,acá estoy leyéndote y encontrando algo que estaba segura escribirías. Hay muchas cosas que no puedo decirte pero lo que si puedo es asegurarte que sos una de mis razones por las cuales mi vida tiene sentido.Porque le pido además a la vida que nunca te toque vivir lo que a mi, y como estoy en condiciones de ASEGURAR que todos sin excepción venimos con un destino digitado y que todo POR ALGO ES,también le pido al ARQUITECTO de nuestro destino, que me permita estar a tu lado en esos momentos en que su hacha inexorable nos golpea para poder darte una palabra de aliento, de amor y de hacerte saber que no estás sola. Además decirte que nuestro Arquitecto siempre que nos golpea si sabemos RECONOCERLO sabemos que lo hace por un bien mejor. Me cuesta mucho decir esto mientras no paro de llorar, pero afirmo que mi vida no terminó el dia 20 no,aunque mil veces caiga otras mil me voy a levantar. Gracias por Anoche en nombre de Daniel que ya no está (pero está)y en mi nombre que solo es anónimo para poder hacerte este comentario. Te quiero mucho. Gracias por estar. Mamá.

    ResponderEliminar