martes, 15 de diciembre de 2009

sobre cierta señora.

No le quiero dar el asiento a la señora gorda.
No quiero.
Simplemente porque no se lo ganó.
Viene y me mira, fijo me mira. Yo también la miro y comprendo en ese instante que no me voy a mover un ápice de mi asiento.
En esos ojos negros, perdidos entre los cachetes resplandecientes y el sudor que bordea la comisura de sus labios, hay odio. Lo veo, lo siento, hasta lo huelo.
La señora gorda me está aborreciendo en estos instantes, me odia con todo el peso de su cuerpo. Y yo me doy cuenta de esto.
Entonces la hija de puta se tira un pedo.
Se caga impunemente en el medio del colectivo y a mi me dan unas ganas tremendas de pararme, hacerme lugar entre la gente y decirles:
-¿Ven? ¿Ven lo que pasa? La señora gorda esta enojada. Y se tira un pedo que en realidad viene dirigido a mi,¡¡ pero como es una inconsciente lo tienen que sufrir todos!!
No es justo, che.
Y a pesar de estar prácticamente temblando, al borde de la convulsión, soporto estoicamente, casi a la manera de un mártir, ese vendaval de vaho que me abraza, y no me levanto de mi asiento porque eso significaría dejárselo libre a ella, la señora gorda.
Me quedo en mi asiento resistiendo como un soldado que se queda en la trinchera ahí, para que lo maten.
Resisto, hasta el final. Y que me caguen a tiros.

7 comentarios:

  1. que hdp!!
    si, si... ambas dos!!
    Pero lo tuyo termina siendo más de heroína!
    te kiero amiga!! un beso grande...

    Lukas

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  2. sabes que siempre leo tus notas,
    y cada vez me gustan mas.

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  3. lukitasss te quierooo un beso!
    maru, gracias por leerme, me alegro que te guste. Nos conocemos?

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  4. nono . soy de la plata yo.
    vos creo que de Bs. AS
    o me equivoco ?

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  5. de mar del plata
    bueno, muchas gracias por pasarte!
    beso

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  6. Si, ya fue...
    Abrís la ventana para que corra el aire y te quedás en el asiento!

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  7. nunca entregar el asiento
    es ley en marucitalandia

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